20 de Junio: Día de la Bandera y Homenaje a Manuel Belgrano
El 20 de junio se celebra el Día de la Bandera en Argentina, en homenaje a Manuel Belgrano, quien falleció ese mismo día en 1820. Hace 210 años, el General Manuel Belgrano izó por primera vez la bandera argentina, el símbolo patrio más antiguo del país.
Manuel Belgrano falleció en Buenos Aires el 20 de junio de 1820, en medio de la pobreza extrema y asolado por la guerra civil. Además de ser el creador de la bandera, Belgrano fue uno de los economistas más notables de Argentina, precursor del periodismo nacional, y un ferviente impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social, entre muchas otras cosas. Sus ideas innovadoras se reflejan en sus informes anuales del Consulado. Hoy recordamos una de sus principales preocupaciones económicas: el fomento de la agricultura y la industria.

La Visión Económica de Belgrano
Belgrano desconfiaba de la riqueza fácil prometida por la ganadería, ya que daba empleo a muy pocas personas, no fomentaba la creatividad, desalentaba el crecimiento de la población y concentraba la riqueza en pocas manos. Su obsesión era el fomento de la agricultura y la industria.
Como secretario del Consulado, Belgrano proponía subvencionar las artesanías e industrias locales. Creía que “la importación de mercancías que impiden el consumo de las del país o que perjudican el progreso de sus manufacturas, lleva tras sí necesariamente la ruina de una nación”. En su Memoria al Consulado de 1802, presentó un alegato industrialista: “Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no sólo darles nueva forma, sino aun atraer las del extranjero para ejecutar lo mismo. Y después venderlas”. Más tarde insistiría: “Ni la agricultura ni el comercio serían casi en ningún caso suficientes a establecer la felicidad de un pueblo si no entrase a su socorro la oficiosa industria”.

La Oposición y las Propuestas de Belgrano
Las ideas de Belgrano enfrentaron una firme oposición de los miembros del Consulado, a quienes describía como “todos comerciantes españoles, excepto uno que otro, que nada sabían más que su comercio monopolista, a saber: comprar por cuatro para vender con toda seguridad a ocho”.
En un artículo publicado en el Correo de Comercio, Belgrano enfatizaba la necesidad imperiosa de formar un sólido mercado interno, crucial para una distribución equitativa de la riqueza: “El amor a la patria y nuestras obligaciones exigen de nosotros que dirijamos nuestros cuidados y erogaciones a los objetos importantes de la agricultura e industria por medio del comercio interno para enriquecerse, enriqueciendo a la patria porque mal puede ésta salir del estado de miseria si no se da valor a los objetos de cambio… Sólo el comercio interno es capaz de proporcionar ese valor a los predichos objetos, aumentando los capitales y con ellos el fondo de la Nación porque buscando y facilitando los medios de darles consumo, los mantiene en un precio ventajoso, tanto para el creador como para el consumidor, de lo que resulta el aumento de los trabajos útiles, en seguida la abundancia, la comodidad y la población como una consecuencia forzosa”.

Legado y Formación de Belgrano
Belgrano se formó en el Colegio de San Carlos y luego en las Universidades de Salamanca y Valladolid, en España. En 1794, asumió como primer secretario del recién creado Consulado, desde donde se propuso fomentar la educación, creando escuelas de Dibujo, Matemáticas y Náutica. Se unió a las milicias criollas para defender la ciudad durante las invasiones inglesas y fue uno de los más fervorosos defensores de la causa patriota durante la Revolución de Mayo.
Participación y Logros
Fue vocal de la Primera Junta de Gobierno y lideró la expedición al Paraguay, durante la cual creó la bandera el 27 de febrero de 1812. En el Norte, encabezó el heroico éxodo del pueblo jujeño y logró grandes victorias en Tucumán, Salta y Las Piedras, aunque también sufrió derrotas en Vilcapugio y Ayohuma, lo que llevó a su retiro del ejército del Norte. En 1816, participó activamente en el Congreso de Tucumán.
Preocupaciones y Obstáculos
Sus incansables preocupaciones abarcaron desde la enseñanza estatal gratuita y obligatoria hasta la reforma agraria. A pesar de los obstáculos, Belgrano afirmó: “Mi ánimo se abatió, y conocí que nada se haría a favor de las provincias por unos hombres que por sus intereses particulares posponían el bien común. Sin embargo, (…) me propuse echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos” .